lunes, 5 de octubre de 2015

¡LA IMPORTANCIA DE UNA "ALIMENTACIÓN SALUDABLE" EN "NIÑOS/AS" Y "JÓVENES"!

¡Hola nuevamente, estimados amigos! Como ya hemos echo referencia en algún que otro anterior artículo de nuestro querido blog, "Move It"; los hábitos son ese tipo de acciones que a base de ser repetidas, se convierten en nuestra forma de hacer las cosas de manera permanente; es decir, se integran en nuestra forma de ser y comportarnos ante la vida. Por ello; el establecer rutinas saludables en niños y jóvenes es una inversión en salud para toda la vida, las cuales y como citábamos igualmente en entradas previas, son de vital importancia para ser desarrolladas en torno a la adquisición del hábito en la infancia de de llevar un estilo de vida activo, por medio de la actividad física; lo que nos llevará a enormes beneficios en la salud del niño tanto a corto como a largo plazo.

Pero para lograr unos niveles óptimos de buena salud en nuestros alumnos, no solo es importante enl adquirir hábitos enfocados a un estilo de vida activo; si no que estos deben ir acompañados de "hábitos de una alimentación saludable".

La prevención es, sin duda, la mejor apuesta de futuro; y el juego y el deporte son junto a una alimentación equilibrada, los pilares de una vida saludable. Así, una alimentación variada garantiza que los niños obtengan los nutrientes que necesarios para su desarrollo de manera integral;  por lo que aunque estos tengan sus platos favoritos, es importante animarles (sin obligarles) a probar cosas nuevas; teniendo en cuenta que el gusto y predilecciones de los pequeños es cambiante y poco a poco aceptarán la verdura o el pescado que al principio no querían ni ver.

El equilibrio en la alimentación de un niño/a o joven, se refleja en la proporción adecuada de acuerdo a sus necesidades energéticas y de desarrollo adecuado físico, que este debe consumir a diario en forma de hidratos de carbono, proteínas y grasas. Sin embargo; la alimentación de hoy día tiende a desequilibrarse con facilidad: o tomamos mucha proteína o nos pasamos con los hidratos de carbono, constituyendo una buena forma de orientarse al respecto para mantener dicho equilibrio, la pirámide alimentaria; la cual nos ofrece orientación sobre las cantidades y proporciones adecuadas respecto a ello.



(Agradecemos la imagen propuesta a "www.misrecetasanticancer.com")


No obstante y además de ello; en esta ocasión os ofrecemos también una serie de pautas a tener en cuenta con nuestros pequeños (en casa, el comedor escolar, etc), que podrán ayudaros a la hora de facilitar la adquisición de unos hábitos saludables en cuanto a alimentación; y elaboradas por el "Dr. Juan Pedro López-Siguero", responsable del Servicio de Endocrinología Pediátrica del hospital Materno Infantil de Málaga. Y por último y antes de proceder a citaros dicha pautas, recordad que para crear nuevas hábitos; es importante marcarnos metas realistas y acordes a un tiempo de consecución lógico, predicar ante el niño con nuestro ejemplo (pues un niño aprende mucho mejor lo que ve, y no lo que escucha), y potenciar la parte positiva de las cosas que pretendemos conseguir (sin recriminar lo no logrado o que esta por lograrse).  No te las pierdas las pautas referidas...


¿EN TU ENTORNO LAS CUMPLES? ¡MEDITÉMOSLO!



  • Más fruta y verdura. Consumir cinco raciones diarias de fruta y verdura.
  • Menos proteínas. Reducir el consumo de carne a dos o tres veces por semana y tomar pescado en la misma proporción. Basta con comer cualquiera de estos una vez al día. Pero si tomamos de uno, no conviene hacerlo del otro.
  • Más cereales. Deben consumirlos diariamente en forma de arroz, pasta o pan.
  • Menos comida rápida. Limitar al máximo la comida rápida y la bollería industrial (contienen mucha grasa y calorías).
  • También es importante hacer un buen desayuno para asegurarnos de que nuestro organismo obtiene los hidratos de carbono que necesita por la mañana.
  • Establecer horarios fijos para cada comida. Hay que acostumbrar al cuerpo a unos horarios y limitar el picoteo entre horas.
  • Planear las comidas con antelación. Así suelen ser más equilibradas y completas. Podemos establecer un momento de la semana en el que diseñar el menú, y otro para comprar lo que necesitamos.
  • Compartir al menos una comida familiar. Es una oportunidad de convertirnos en un modelo de hábitos para nuestro hijo.
  • Disfrutar de la cena todos juntos. En el caso de que haya faltado fruta, verdura o proteínas en la comida, todavía estamos a tiempo de compensar estas carencias.
  • Hacer las comidas más originales y apetecibles. La monotonía en la mesa produce insatisfacción e induce al picoteo.
  • Beber más agua. El 70% de nuestro cuerpo es agua, imprescindible para eliminar toxinas e hidratar todos los órganos. Apostar por el agua como bebida familiar es una opción de salud. Los zumos de frutas naturales son una buena alternativa, pero no conviene abusar de ellos, ya que contienen demasiados azúcares. Podemos ofrecérselos a los niños rebajados con un poco con agua.
  • No obligarle a terminar el plato. Si dice que está lleno, hay que respetarlo. Si no, puede que le siente mal la comida.
  • Ofrecerle un espacio tranquilo en el que comer le permite entrar en contacto con la sensación de saciedad. Una vez que ésta se produce en el estómago, tarda unos 20 minutos en llegar al cerebro. Por eso no es bueno que le instemos a comer muy deprisa, ya que, inconscientemente, le estaremos invitando a consumir más de lo que realmente necesita. Las comidas deben tener un ritmo pausado, pero no ser eternas.


  • ¡UN ABRAZO!



    (Agradecemos la imagen propuesta a "www.clinivital.com")


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